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Agustín Villanueva

JUEGO SUCIO CONTRA LA DEMOCRACIA

                         JUEGO SUCIO CONTRA LA DEMOCRACIA

                       EDITORIAL DE “COLOQUIOS EN LIBERTAD”

                                      esRadio Elche 103.7

 

    Existe la democracia en España? No existe, pues el pueblo nunca  gobierna; pero gracias a ella, los ciudadanos tienen la capacidad de expulsar del poder a un gobierno sin utilizar la violencia. Tampoco es democracia aquella que un diputado pueda decir lo que no hemos ganado en las urnas, lo ganaremos en la calle.  En España existe una “democracia sin el pueblo”, lo que es una contradicción en sí misma. Se pueden eliminar las plagas sin arrasar la cosecha, y como decía Groucho Marx, perdón si les llamo caballeros, es que aún no les conozco bien.

   Un partido político (incluso los partidos, llamados por un político, “estrafalarios”) es un grupo de hombres unidos para fomentar, mediantes sus esfuerzos conjuntos, el interés nacional, basándose en algún principio determinado en el que todos sus miembros están de acuerdo. Todo estadista serio tiene que tener ideas acerca de lo que exige una política sana y que, si es responsable, tiene que confesar la intención de poner en práctica su política y de buscar los medios de hacerlo así. En el proceso de selección para los altos cargos (las listas abiertas no son el antídoto para curarnos de la partitocracia, sino cuando los ciudadanos obliguen a los políticos y la democracia secuestrada se restituya al pueblo) políticos es muy probable que tiendan a escoger no a los mejores, sino a los más ambiciosos.

   Los políticos deben desterrar el juego sucio de la democracia. Casos como el espionaje a los políticos no hacen sino multiplicar la desconfianza. La aplicación de la ley y la exigencia ciudadana son las dos únicas fuerzas que pueden mover a los partidos a remover unos hábitos que están conduciendo a la democracia al descrédito y la confianza. Cuando se liquida la complejidad de la política aguarda la desnuda corrupción de la caverna. En los últimos siete años se hablaba de crimen de Estado y corrupción (Mariano Rubio, Felipe González, Luis Roldán, Barrionuevo, Amedo, Rubalcaba; Filesa, Gal, Malesa, Eres, Faisán etc.) y ahora de corrupción, espionaje, dinero, etc. Ahora hay detectives que ponen micrófonos entre las flores. Entonces, como señala un periodista, el Cesid experimentaba con mendigos fármacos con mendigos, asaltaban domicilios de jueces y escuchaban y archivaban hasta las conversaciones del Rey ¿Qué está ocurriendo en España  donde cada mañana nos levantamos con el temor a enterarnos de un nuevo escándalo?  ¿Qué está ocurriendo en un país para que los ciudadanos perciban esa sensación de impunidad, de que aquí nadie es responsable de nada, de que es posible corromper, defraudar, engañar, sin que se derive consecuencia alguna para nadie? En nuestra democracia antes se hablaba de crimen de Estado y ahora sólo de dinero. Antes, según El Mundo,” los sobres eran de cal viva y no metían dentro billetes sino personas”.

    La manipulación de las instituciones, invadiéndolas y poniéndolas al servicio de los gobiernos de turno es el camino más directo para la construcción de aquel Estado-máquina política que describió Hobbes; un Leviatán protector, al que el ciudadano confía todas sus necesidades y ante el que depone todos sus derechos, en el que se concentran todo el poder, sin sujeción a norma alguna. Porque él mismo es dueño y señor del derecho. En España existe una sensación de miedo, producto de muy diversas causas. Se habla de un temor de los empresarios a invertir, de los jóvenes a emprender (prefieren un empleo burocrático), de los políticos a los medios de opinión y sobre todo  del miedo al paro, el funcionario a ser cesado o postergado, de los empresarios que trabajan para el Estado que temen ser marginados, el miedo del banquero que ha visto el triste resultado de algunos colegas( Cajas de Ahorro), el separatismo y el terrorismo terrible alimentan un cierto miedo al futuro, un miedo de fondo, un miedo histórico.

    No puede existir una sociedad libre sin democracia política, basada esencialmente en elecciones por sufragio universal La democracia por sí sola, no garantiza la libertad individual. Las elecciones son necesarias pero no suficientes Es necesario reconstruir el Estado. Empezando por la Justicia que se vio pronto invadida, primero con el adelantamiento de la jubilación de los magistrado a los sesenta y cinco años, con la reforma en la elección de los vocales del Consejo General del Poder Judicial, y el Tribunal Constitucional se vio violentado con la decisión forzada con temas como el asunto Rumasa, el tema de la “legalización” del terrorismo, el Tribunal DE CUENTAS: auditar las cuentas y fiscalizarse. La batalla política en torno a la Justicia es la más grave lacra de la democracia española; el poder judicial es la clave de bóveda Del Estado de derecho y en gran medida, de la prosperidad y la riqueza de un país, es imposible sobreviva sin un sistema judicial de calidad, sano e independiente. NECESITAMOS RECUPERAR EL VALOR DE LO PERDURABLE.

 

                                              Agustín Villanueva

                                          Director del Programa “Coloquios en Libertad”

                                                          2013 /03 / 05

 

 

 

1 comentario

Nuria Jurado -

Muy buen articulo Agustin. Como bien dice hemos d recuperar los valores y el valor de lo perdurable. Un abrazo y feliz finde.

Nuria
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