CRISIS MENTAL Y CRISIS FINANCIERA
CRISIS MENTAL Y CRISIS FINANCIERA Se solía decir en la mar, cuando yo tenía que ver con la mar y con la Marina española, ya se metió el rico en la mar, ya se “fastidio” la mar. Leo un artículo de un buen profesor de Derecho Procesal, cuyo título es “La crisis económica, el fruto de la ambición”, como es amigo no voy a ir sobre la forma pero sí sobre el fondo. Pensaba hablar de los políticos contra el mercado, pero ahora tendré que incluir a los procesalistas, y lo bueno que es la izquierda intervencionista. En 1933 Franklin D. Roosevelt, en su discurso a la Nación, dijo: éste es el momento de decir la verdad, toda la verdad, con franqueza y valentía. No necesitamos ocultar las condiciones en que se enfrenta honestamente nuestro país el día de hoy. Esta gran nación las soportará como las ha soportado, revivirá y prosperará. Así quiero informar mi convicción de que la única cosa a la que tenemos que temer es al miedo mismo que paraliza los esfuerzos necesarios para convertir el retroceso en progreso. En todas las horas oscuras de nuestra vida nacional un liderazgo de franqueza y vigor se ha encontrado con la comprensión y el apoyo de las personas que es esencial para la victoria. Estoy convencido de que el pueblo va a dar una vez más el apoyo al liderazgo en estos días críticos. Mi buen amigo profesor, no puedo estar de acuerdo con tu solución de que desde la izquierda, en su concepción moderna, se debe dar un paso adelante, pues la actualidad ha acreditado no sólo el fracaso, sino la falta de humanidad misma del modelo económico de la derecha internacional. Haciendo te caso el Gobierno español, “disque” de izquierdas, aprueba un plan para blindar a los bancos y cajas españolas con el 15 % del PIB; si estábamos de “maravilla” porque esta fuerte medida, y porque no a las PYMES, a los fabricantes de coches y a superar la quiebra financiera de las familias españolas. El mercado es vital, pero el mercado tiene también una función esencialmente social. Aquí mío caro amico lo que hay que decir es que el origen de la crisis es el fracaso de los poderes públicos en su función de “velar por la limpieza del sistema”. En una alocución titulada: “Ética, Economía y Asistencia: Lecciones para Aprender” monseñor Diarmuid Martin declaraba que el mercado sólo puede funcionar en un marco ético y jurídico en el que se proteja al vulnerable y se frene la arrogancia natural del poderoso. Hoy vemos cómo la mala conducta individual burda y sin control en la actividad del mercado afecta la estabilidad de las empresas, pero también de los países y luego de los hombres y mujeres que componen la sociedad en la que vivimos. Los hombres de negocios irresponsables no sólo juegan con el futuro de una gran empresa multinacional están afectando quizás las vidas de todas las personas del mundo. El desarrollo económico, no importa lo importante que sea, simplemente nunca es un fin en sí mismo. Debería llevar a la equidad social, a un desarrollo equitativo de la sociedad y a mejorar a la gente y a las estructuras humanas que consolidan a la sociedad. El desarrollo económico trae consigo responsabilidad social. El desarrollo descontrolado rara vez ha producido sostenibilidad. Como manifestaba Emilio Botín en un importante discurso, que la crisis que estamos viviendo nos hace valorar más que nunca, la importancia de contar con un sistema financiero solvente, rentable, sano y sostenible. En los últimos tiempos se han puesto muchas cosas en cuestión: desde la complejidad que alcanzaron algunas innovaciones financieras que resultaron ser muy nocivas, hasta el funcionamiento de las agencias ráting y ciertas estructuras de regulación y supervisión, que han cometido errores importantes. Así mismo dice Botín que si hay algo que ha quedado claro en esta crisis es la necesidad de poner el foco en la gestión de los riesgos. Es necesario que los gobiernos y el mundo de los negocios trabajen juntos, pero se puede hacer dañino si no existen mecanismos reguladores. La especulación del mercado sin regular o la interferencia injusta en el derecho de competencia dañan la economía. También los gobiernos poderosos pueden caer en la corrupción. Se hace necesario tanto el mercado como a los gobiernos. Mercado que tenga libertad de operar como debe y gobierno (por supuesto, que no culpa siempre a los “otros”) menor puede ser más deseable que algunas de las experiencias actuales de interferencias gubernamentales masivas e improductivas en la sociedad y en el mercado. La falta de un gobierno eficaz es igualmente desastrosa, tanto como un gobierno ineficaz, y el que Vd. ha nombrado es más de lo mismo, pero más “felipista” sin Felipe. Los gobiernos, como dice monseñor Murphy, son esenciales para garantizar el marco ético y jurídico dentro del cual el mercado puede florecer y dentro del cual se puede fomentar un comportamiento ético en el mercado. No existía un capitalismo salvaje, pero tampoco queremos un socialismo salvaje, ni un capitalismo de Estado. El crac del 29 se alargó debido a errores de una empresa pública: La Reserva Federal Americana, y de unas políticas públicas, las del New Deal. No repitamos la historia. Rodriguez diga alguna vez la verdad, pues cuando mienta, y miente tanto, podamos dudar si es verdad o mentira. La izquierda ha abandonado la causa del más débil: los pobres, los humillados, los abandonados y los discriminados. Cinco millones de parados son testigos fieles. Se ha terminado el decirle al pueblo, como dice Zygmunt Bauman, premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, sobre la felicidad se ha terminado con el “disfrute ahora y pague más tarde” Agustín Villanueva Profesor Honorífico de Economía Aplicada UMH 2010 / 10 / 24
7 comentarios
jESUS -
Antonio Fernandez -
Un fuerte abrazo: Anonio
Antonio Madero -
Un fuerte abrazo: Anonio
JESUS RUIZ -
EN referencia al contenido del artículo es sabido entre los politólogos que este Gobierno atiende solamente a la puesta en escena y a los golpes de efecto propagandísticos que no duran mas que el recuerdo mediáyico de un telediario.
Saludos.
F.Yarza -
Ramon Sancho -
Francisco Brotons -