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Agustín Villanueva

CONSTITUCION Y NACIONALISMOS

                    EDITORIAL DE “COLOQUIOS EN LIBERTAD”

                    CONSTITUCION Y NACIONALISMOS

 

                                  2013 / 01  / 15

 

     Cuando en España se empieza a discutir sobre qué tipo de Estado queremos o pretendemos, empiezo a temblar. Porque no se plantea como mejorar, como tener un Estado fuerte, como tener políticos sensatos y con un buen coeficiente mental, menos corrupción, menos nacionalismos, cumplir y hacer cumplir la Constitución, menos Estado y más mercado, la pretensión nacionalista sobre el derecho a decidir,  una propuesta federal del PSOE (sería ingenuo pensar que los nacionalistas catalanes van a aceptar la construcción de un estado Federal, dado que les reduciría  el excesivo autogobierno que ya tenían en el Estado de las Autonomías),  etc. Por qué se abandono el proyecto federal?, una excusa es que los militares “no lo permitirían.

   De la Court decía que lo único que un estado libre no puede tolerar es que existan otros Estado dentro del Estado. No puede haber imperium in imperio. El nacionalismo es el ansia de poder combinado con el autoengaño. Orwel definió el nacionalismo con el hábito de suponer que los seres humanos pueden ser clasificados como los insectos, y que masas enteras de millones de personas pueden ser clasificadas como buenas o malas.

La pretensión nacionalista sobre el derecho a decidir lo podemos resumir así: La voluntad de los españoles no puede oponerse a la voluntad de los catalanes, más bien de la elite catalana, y por ello los catalanes tienen derecho a decidir pero ignorando la Constitución; aun en el caso de que se considere que los catalanes aprobaron la Constitución de 1978, la voluntad de los catalanes de ahora vale mas que la voluntad de la elite de antes y, por tanto, los de ahora también tienen el derecho a decidir ignorando la Constitución.

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   Como dice Miguel Ángel Quintanilla a modo de ejemplo, puedo decidir entrar en una cafetería y, una vez dentro, puedo decidir salir de ella. Pero esta segunda decisión no puede consistir en actuar como si la primera no se hubiera tomado. No puedo decidir que no sea verdad que estoy dentro, puesto que lo estoy. Puedo desear que no sea verdad, pero eso no es una decisión, es un deseo. Puedo arrepentirse de haber entrado, pero eso tampoco es una decisión, es un arrepentimiento. Si deseo salir es porque conozco que estoy dentro. Y salir es algo que tendré que hacer que hacer por la puerta, por el lugar habilitado al efecto, a ser posible sin empujar y sin pretender fuego al local al que entré porque quise. Si hago otra cosa difícilmente puedo esperar aprobación, menos aún simpatía. Los nacionalistas piensan en la facultad de tomar decisiones sucesivas ignorando las anteriores, idea que lo sitúa en muy mala encrucijada. El nacionalismo de hoy no pretende fundar un estado sino una nación. El nacionalismo ignora que su argumento no anula el proceso  constituyente español sino cualquier constitucionalismo en cualquier tiempo y lugar, empezando por el suyo, puesto que las generaciones se sucederán incluso en Cataluña. Defender que los catalanes están sujetos a la Constitución es tomar en serio su palabra, es afirmar su libertad.

    Será imposible transmitir razonablemente los valores de nuestro Estado constitucional? Montesquieu señalaba a su juicio el absolutismo había dañado de tal modo la “constitución” de Francia que la libertad se había hecho imposible para siempre. ¡Cuantos males se derivan del romanticismo trasladado a la política! Hay quienes todavía pretenden sublimar a la comunidad en perjuicio del individuo y de su libertad.

    Como dice Guillermo Dupuy, el Rey, el presidente del Gobierno, el fiscal general del Estado, el presidente del CGPJ y los directores, salvo raras excepciones, de medios de comunicación españoles, mirando para otra parte.

 

                                           Agustín Villanueva

                                           Director de “Coloquios en Libertad”

                                                2013 / 01 / 15

 

 

3 comentarios

Jesus Ruiz -

Estimado Maestro, en este globo aerostático en el que nos encontramos vamos a pasar a ser los ciudadanos el lastre y los malos políticos, a parte de chuparse el gas del quemador, van a echarle la culpa al primero que pase. Saludos...estoy estudiando Derecho Procesal de 5 Derecho profesor es JM Martim de la leona. Saludos Aguntin. Un abrazo


Nuria Jurado -

Gracias Agustín. Si Montesquieu levantara la cabeza
se asustaría de ver en qué están quedando sus tres
poderes.


Guillermo Dupuy -

Muchas gracias Agustin por tu amable cita. ¿Cuando os vendría bien que quedáramos a comer? Para mi es un autentico gustazo hablar contigo de política. Un fuerte abrazo.
Guillermo


Guillermo Dupuy López