CONTR KEYNES Y CAMBRIDGE
CONTRA KEYNES Y CAMBRIDGE
Hace unos días leí un artículo cuyo titulo, muy escueto por cierto, era “Keynes”. Su autor Pastor Pomares, sostenía, aparte de hablar de la “espantá” de su compañera Etel (me imagino que sería Etelvina), que por cierto no se a que venia esa referencia, pedía a ZP que acudiera a Keynes; que el Estado puede y debe recurrir a aumento del gasto sin subir la presión fiscal, aún a costa de provocar déficit en las cuestas públicas pues estas se equilibrarán cuando volvamos a un nuevo ciclo expansivo. Siempre el socialismo trata de acudir a Keynes; ni con el mayor ciclo económico que jamás se ha dado en el mundo se dejaba de suspirar por él. Se llego a escribir en plena expansión económica otro artículo que se llamaba “La hora de Keynes”. No me extraña que se pida a Zapatero que acuda a Keynes, así ya no nos llamara antipatriotas y catastrofistas; pero nos tendra que llamar otra cosa, yo que se: liberales, liberales conservadores, liberales a lo Burque, neo liberales, liberales malgre lui,…. Es verdad que Keynes que le gustaba aparecer como la Casandra cuyas desagradables predicciones nadie atiende, realmente estaba absolutamente convencido de su capacidad de persuasión, y creía poder manejar la opinión pública con la facilidad con que un artista virtuoso toca su instrumento. Tanto por don natural como por temperamento, Keynes era más artista y político que académico o estudioso.
En su libro “Contra Keynes y Cambridge”, Hayek manifiesta que la gran influencia de Keynes excedió con mucho a las esperanzas que su obra técnica despertó de un pleno empleo sostenido; se había ganado la atención de los pensadores “avanzados” (hoy diríamos “progresistas”) mucho antes y contribuyó enormemente a impulsar una tendencia que entraba en conflicto son sus propios comienzos dentro del liberalismo clásico. La época en que se convirtió en ídolo de los intelectuales de izquierdas fue en realidad en 1933, cuando dejo atónitos a muchos de sus anteriores admiradores con su ensayo sobre “Nacional Self- Sufficiency”. En el ensayo proclamaba que “el decadente capitalismo internacional en cuyas manos nos hemos encontrado tras la guerra no es un modo alguno un éxito. No es inteligente, no es bello, no es justo, no es virtuoso y, sobre todo, no proporciona bienes” En resumen, nos desagrada y estamos empezando a despreciarlo”. Habiéndole preguntado Hayek si no estaba preocupado por el uso que algunos de sus discípulos hacían de sus teorías, su respuesta fue que éstas habían sido necesarias en los años treinta y que si alguna vez llegaran a ser perniciosas, podía estar seguro de que él induciría un cambio en la opinión pública.
No es de extrañar que sus discípulos se quedaran de piedra cuando, mucho después de su muerte, se supo que menos de una década más tarde había dicho del libro de Hayek, “Camino de servidumbre”, en una carta personal. Que “desde consideraciones morales y filosóficas me encuentro personalmente de acuerdo con todo; y no sólo de acuerdo, sino en un acuerdo profundamente condicionado”. Los genios inspirados y con gran poder de convicción no constituyen necesariamente una bendición para la sociedad en la que surgen.
Caro amico, como propone usted, a estas alturas, a Zapatero ¡aumentar el gasto sin aumentar los impuestos! La respuesta es no hipotecar más a este país; si hay una política que se ha mostrado realmente eficaz a lo largo de estos últimos años, el ciclo más largo de la historia, ha sido la del rigor presupuestario. Con unas cuentas saneadas se ha permitido a España generar confianza entre los inversores y en los mercados internacionales. Para que el Estado de Bienestar (por cierto hoy los socialistas ya no nos habla del Estado de Bienestar, bueno, ni de la productividad) sea sostenible es necesario que la economía funcione. El gobierno de Zapatero no debe estar tapando agujeros a base de gasto, dado que el final las cuestan estarán todas en tinta roja (bueno, a lo mejor les gusta el color). Como se dice en un editorial de Expansión, generar déficit público puede reportar algún pequeño éxito muy a corto plazo por el empuje de la demanda, pero sus efectos sobre la capacidad de crecimiento sostenido acaban siendo contraproducentes. Casanova en el siglo XVIII manifestaba que cuando los curandero trataban la sífilis con mercurio la enfermedad desaparecería, pero el enfermo acababa muriendo. El reloj keynesiano se paró hace tiempo, la tentación de crear déficit para combatir esta crisis (no desaceleración), no conseguirá ningún resultado positivo, y sí complicar la salida de la crisis. Keynes, caro amico Pomares, sigue muerto.
El propio Friedman decía que dondequiera que encontremos que hay libertad individual y que los ciudadanos gozan en general de ciertas comodidades materiales, así como que existe la esperanza generalizada de un progreso mayor en el futuro, encontramos también que la actividad económica está organizada principalmente a través del mercado libre. Dondequiera que el Estado se encargue de controlar detalladamente las actividades económicas de sus ciudadanos, es decir, dondequiera que reine la planificación económica central, los ciudadanos ordinarios padecen trabas políticas, tienen un bajo nivel de vida para controlar su propio destino. Asegurar que el aumento del gasto público se va a convertir directamente en un aumento de renta es una falacia, ya que este aumento se detrae del sector privado a través de impuestos, por lo que el resultado final será una nueva composición del gasto total pero sin variación en el volumen del gasto. Si el déficit presupuestario se financia por medio de la emisión de créditos, la subida consiguiente de los tipos de interés neutralizará el efecto final. Y la pretensión de equilibrar el tipo de interés a través de la creación de dinero (menos más que esto ya no lo podemos hacer, es la ventaja de tener el BCE, bueno, supongo) se basa en un error técnico consistente en no diferenciar los términos reales de los nominales, que provoca ignorar el fenómeno del overshooting. Libertad política y libertad económica esa en una de las grandes recetas.
Bertolt Brecha nos decía, ¨al leer mi periódico veo que el gobierno de Alemania Oriental ha perdido la confianza del pueblo y que procedan a la elección de otro¨. Como decía un banquero de Frankfurt, casi ninguno de los asesores económicos de Merkel ¨han leído a Keynes. Y hasta cierto punto tienen derecho a no haberlo hecho: tienen la economía más prospera de Europa”
Auri sacra fames, decía Virgilio. El rey tracio, cuando las riquezas de los troyanos se desmoronaron y la fortuna se retiró, fue partidario de Agamenón y de sus armas victoriosas y rompió todos sus juramentos. Mata a Polidoro y se apodera del oro por la fuerza. ¡Oh hambre sagrada de oro! ¿Qué no harás que los corazones humanos no llevan a cabo por tu culpa?
Agustín Villanueva
Profesor Honorífico de Análisis y Evaluación Política UMH
2011 / 12 / 14
5 comentarios
Carmen Galipienso -
Espero que la crisis no te haya afectado demasiado pues, la verdad, corren unos tiempos terroríficos. No obstante quiero aprovechar para desearte, a ti y a los tuyos, una FELIZ NAVIDAD Y UN NUEVO AÑO LLENO DE PROSPERIDAD. Un beso bien fuerte
JESUS RUIZ -
Saludos Maestro
Jesús >Ruiz
Guillermo Dupuy -
Guillermo
Rafael Domenech -
Te deseamos una Feliz Navidad.
Rafa
Francisco D.Mateu -
Imprimí su lección sobre política monetaria y la conservaré durante mucho tiempo pues la considero de gran utilidad.
J.M. Keynes no era propiamente un economista. De hecho, tenía una formación de apenas 6 meses. Hayek criticó bastante este aspecto en numerosas ocasiones, poniendo de manifiesto el desprecio de Keynes a los principios económicos aparecidos hasta su llegada al plano teórico. Se puede decir que Keynes decide ad hoc según las circunstancias del caso.
No obstante era una persona con gran telegenia y capacidad de persuasión. Con una influencia enorme entre los economistas de su época.
Winston Churchill en una ocasión dijo a un periodista tras una reunión: He estado con cuatro economistas y he escuchado cinco opiniones distintas. Su interlocutor le preguntó cómo era posible, a lo que Churchill respondió: Uno de ellos era Keynes. Esto nos da un retrato nítido de lo volátil del personaje.
En este sentido es interesante la lectura de la trilogía de Robert Skidelsky que analiza la biografía de Keynes y un profundo estudio de su escuela de pensamiento.
Lo verdaderamente lamentable es la cantidad de políticos y docentes que han aprendido economía bajo el prisma Keynesiano. Bajo la pretenciosa arrogancia de querer domar la economía y las acciones humanas que la sustentan, con el manejo de variables matemáticas y otros impulsos de efectos destructivos.
Ahora analizando su artículo concreto, considero que es incisivo y brillante. Realmente brillante y muy necesario. Pastor Pomares (autor del artículo) parte de una teoría económica errática y errada, alejada de la realidad de los procesos del mercado. Entre otras cosas desconoce que el efecto multiplicador del gasto público (de autoría keynesiana) queda absolutamente anulado cuando la población se encuentra apalancada y busca liberarse de sus deudas en vez de consumir o gastar.
Buen artículo profesor.