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Agustín Villanueva

Laicidad, Laicismo y los laicos

La Laicidad, Los Laicismo y  Los Laicos

 

Por el fenómeno denominado “los indignados”, no solo  se hicieron dueños de la Puerta del Sol de Madrid, sino que han provocado la confusión de algunos términos, por ejemplo: laicos, laicidad y laicismo, en muchas personas e incluso en medios de comunicación.

  Realmente lo que está sucediendo en nuestro país, aparte del tema económico, es una fuerte oleada de crisis de valores, provocada preferentemente por los políticos y el actual gobierno español. En estos siete últimos años de nuestro país se pretende abolir muchos años de nuestra vida en convivencia, como se decía en una obra de teatro “Olvida Los Tambores”, se pretenden adoptar tantos cambios profundos y rápidos que están siendo, de momento, agitados y convulsos de lo que todos no queríamos desear y teníamos olvidados. Si nuestra sociedad parecía haber encontrado el camino de su reconciliación y distensión, nos hacen volver o nos quieren hacer volver a que nos encontremos divididos y enfrentados. La mala utilización de la memoria histórica, se encuentra dirigida por una mentalidad selectiva que esta avivando sentimientos encontrados que todos los teníamos superados.

  Hoy es la guerra, mañana la alianza de las civilizaciones, después una nueva nación, más tarde un nuevo laicismo, y luego…. Un nuevo yo. El partido socialista, o su “nuevo” líder,  ha reivindicado el laicismo como “principio constitucional” en un manifiesto, desmárcandose del principio de aconfesionalidad que se recoge en nuestra Constitución. El propio Tribunal Constitucional suscribe un riguroso concepto de laicidad, la afirmación de que “ninguna confesión tendrá carácter estatal” (art. 16,3); le parece al Tribunal una clara expresión de “laicidad positiva”, por más que lo desmienta ya de modo elocuente su paradójica formulación negativa, en términos de “aconfesionalidad”.J.M Beneyto identifica laicidad y laicismo al afirmar que introducir el principio de laicidad como principio definidor de las relaciones entre el Estado y el factor religioso no es sino eliminar toda posibilidad de consideración según su naturaleza específica del hecho religioso, con la grave consecuencia de que el Estado se convierte entonces en sujeto tutelar y definidor del marco de la libertad religiosa. L. Prieto identifica el principio de laicidad con “no confesionalidad del Estado”, mientras vincula laicismo con separatismo.

  El laicismo ha asumido el significado de exclusión de la religión y de sus símbolos de la vida pública mediante un confinamiento al ámbito de lo privado y a la conciencia individual. No es laicidad, como dice El Papa, sino una degeneración en laicismo la hostilidad ante cualquier forma de relevancia política y cultural de la religión y a la presencia, en particular, de cualquier símbolo religioso en las instituciones públicas. La laicidad hoy se expresa como la total separación entre el Estado y la Iglesia, sin que ésta tenga derecho alguno a intervenir en temas relativos a la vida y los comportamientos de los ciudadanos. Hoy se habla de pensamiento laico, de moral laica, de ciencia laica, de política laica. Existe una visión irreligiosa de la vida, del pensamiento y de la moral, una visión en la que no hay lugar para Dios, para un misterio que trasciende la pura razón. Decir “sana laicidad” parece haberse convertido casi en el emblema de la democracia moderna. La “sana laicidad” implica autonomía de las realidades terrenas, no puede ser la Iglesia la que indique qué orden social y político conviene más, sino qué es el pueblo el que debe elegir libremente la mejor manera de organizar la vida política. Lo contrario sería una injerencia indebida de la Iglesia. Sin embargo esta “sana laicidad” comporta que el Estado no considere la religión como un simple sentimiento individual limitado al ámbito privado, sino que la Iglesia sea reconocida como una presencia comunitaria pública. Esto conlleva que el Estado garantice a toda confesión religiosa la libertad de culto. Para un católico hay aspectos que son innegociables, aquellos que se revivan de la dignidad de la persona, que son además la base de la democracia.

  Vivimos unos momentos en donde se va implantando la comprensión atea de la propia existencia. Si Dios existe, no soy libre, si soy libre no puedo reconocer la existencia de Dios. Se pretende implantar un deseo ilusorio y blasfemo de ser dueños absolutos de todo, de dirigir nuestra vida y la vida de la sociedad a nuestro gusto, sin contar con Dios, como si fuéramos verdaderos creadores del mundo y de nosotros mismos.

  Los laicos viven en el mundo, es decir, en todas y cada una de las actividades y profesiones, así como en las condiciones corrientes de la vida familiar y social con las que su existencia forma como un tejido único. A los laicos corresponde iluminar y organizar todos los asuntos temporales a los que están estrechamente vinculados, de modo que se realicen continuamente según el espíritu de Jesús y se desenvuelvan y sean para la gloria del Creador. El  carácter secular es propio, peculiar, de los laicos.

  En estos momentos se está produciendo una nueva oleada de ilustración y de laicismo que trata de arrastrar a muchos a pensar que sólo  sería racionalmente válido lo experimentable y mensurable, o lo susceptible de ser construido por el ser humano, y que les induce  a hacer de la libertad individual un valor absoluto, al que todos los demás tendrían que someterse. Una determinada cultura que pretendía y pretende engrandecer al hombre colocándolo en el centro de todo, termina paradójicamente por reducirlo a un mero fruto del azar, impersonal, efímero y, en definitiva, irracional.

 

              Agustin Villanueva, profesor Honorífico de Economía Aplicada de la UMH

                            2011/08/24

12 comentarios

Fernando -

Recibido y leído con el mayor interés. Me ha sorprendido que te lo hayan publicado en Información, periódico de línea militantemente contraria al tipo de ideas que desarrollas.



Gracias por tomarte la molestia de de escribir un artículo así en el que muchos no sentimos representados.



Alfonso Balsera, que ayuda en GEA ha difundido lo que te adjunto, que contiene, unos breves artículos interesantes (Bendedicto XVI, Sánchez-Dragó, Sarkozy) sobre el mismo tema o temas muy relacionados.



Un fuerte abrazo



Fernando López de Rego







Antonio -

Muy bueno. A pesar de algún cabroncete, LA VERDAD SIEMPRE PREVALECE. ¡ Enhorabuena !.
Un abrazo.

Jose Andres -

La gente confunde lo de laico, por definición es el que respeta a todas las religiones por igual. Tanto PP, PSOE, el Estado, UPyD... todos somos laicos en los estatutos. De hecho, el PP Cristiano de Europa, se considera laico-cristiano, y considera igual a todas las religiones y ONGs. Los delincuentes de Madrid no eran laicos, eran lo que vulgarmente se llama "perroflautas" frustrados, personas que no saben expresar sus diferencias con una confesión concreta y que usan la violencia gratuitamente.

Buen artículo el suyo, como siempre nos tiene acostumbrados.

Un abrazo.

Juan -

Estimado D. Agustín: el artículo me parece excelente, además de oportunísimo para estos momentos. Una religión sólo puede ser combatida desde otra religión. Por eso el laicismo ha devenido una nueva religión, con dogmas, moral y hasta sacramentos. Hay que "creer" en el laicismo, ya que sus principios carecen de evidencia racional. Hay que "sacrificarse" por el laicismo, hasta alcanzar la unión mística con el HOMBRE PLENAMENTE LIBRE. De ahí la Alianza de Civilizaciones, nueva catolicidad laica.
Dios nos libre. Un abrazo.

Antonio Luis -

Me gusta el articulo. Si todavía no lo has enviado, haría simplemente una corrección en el penúltimo párrafo, en el que explicas el sentido correcto del termino laico. Deberías introducir una breve apostilla para dejar claro el contraste con la interpretación anterior.
-----Mensaje original-----

Salvador -

He leído el artículo. Está muy bien. Cuida algunos detalles de estilo y de puntuación antes de enviarlo.
Un abrazo,
Salvador

M.Teresa -

Maria Teresa, espero que en septiembre podremos vernos. Un besico, Agustin V.

Carmen -

Tienes toda la razón del mundo pero estos mezclan churras con meninas. Que tal la perra? Aquí seguimos pasando un otoño templadito pero dicen que va a mejorar......no se cuando y a que llaman mejorar.

Jose Maria -

Querido Agustín. Vamos a vernos a comer o a tomar una cerveza y charlamos sobre el tema. Aún estamos en verano. Un abrazo. Por cierto, suscribo tu artículo, pero debemos hacernos oir, porque nos jugamos mucho en estos envites. Desde la izquierda democrática -hoy inexistente, ya que olvidado lo social lo quieren transformar en moral olvidando que la moral es todo, no una suerte de ideas sueltas-, a la derecha, todos los cristianos estamos llamados hoy a reivindicar a Cristo, a no negarlo, a afirmarlo con valor. Por encima de todo y sin miedo. Un fuerte abrazo.

Jose -

Gracias, Agustín. Muy oportuno y esclarecedor. Francisco López-Tarruella

Guillerno -

Agustín, hoy me reincorporo al trabajo y veo con retraso tu artículo sobre laicismo. Muy bueno y muy oportuno dada la interesada confusión terminológica de nuestros progres.
Un abrazo,

Guillermo

Guillermo Dupuy López
Jefe de administración
Sociedad Canal de la Huerta de Alicante, S.A.
670359004
965266745

Jesus Ruiz -

Hola Agustín.
Escelente artículo para el que quiera entender pero para eso hay que sacar conclusiones, pensar.

Los chicos y chicas del JMJ-2011 se quedarian asombrados con la deriva que toma el 15M, mas radical que eso. la kale borroka. Los disturbios que están sucediendose en Madrid tienen mas apoyo mediático que reales seguidores. Yo me considero jóven no ya por edad sino por ser intransigente en lo que lastra la democracia real, la que palpa el ciudadano de la calle, pero eso que nos están dejando ver por los medios de comuniciación ni son formas ni son maneras. No es el Mayo del 68, no, ya lo creo. Esto está ya condenado al fracaso.

Me pregunto cuando un manifestante es alcanzado por una porra de goma espuma de la policía si esa es la revolución que buscan, si ese es el verdadero problema que están teniendo mis chicos del 15M para llevar a cabo un sin fin de amorfas propuestas. Me pregunto si los periodistas han olvidado ser fiel reflejo de la realidad, si han perdido también la memoria si verderamente modelan la opinión pública o la manipulan para hacer nacer en el televidente o lector la simple sorpresa, el espectáculo. Veo muchos medios de comunicación y mi ojo crítico detecta, como usted dice un radicalismo anticatólico tratado con mimo por los bastidores del poder. Si esto es el 15M que se marchen ya que no representan a la mayoría de silenciosos indignados, de verdad.
Saludos maestro.