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Agustín Villanueva

DEMOCRACIA, PARTIDOS POLITICOS Y CONSTITUCION

                            DEMOCRACIA Y PARTIDOS POLITICOS

                            EDITORIAL “COLOQUIOS EN LIBERTAD”

 

    El mal uso de la democracia por los gobiernos de nuestro país, va en contra de los intereses del ciudadano y de la iniciativa privada.  Lo que deseamos es que el Estado tenga, por lo menos AUTORIDAD a la hora de gobernar. El poder en sí, o sea la capacidad de obtener lo que uno quiera, no es malo. Lo malo es el poder de usar la coacción, el forzar a otros hombres a servir la voluntad propia mediante la amenaza de hacerles daño.

El ex Presiden Aznar hace unos días decía que sufría observando a España; lo malo es que los ciudadanos no solo sufrimos sino que también padecemos lo que no están haciendo los partidos políticos. La democracia en España no existe, el pueblo nunca gobierna; pero eso sí, gracias a la democracia los ciudadanos tenemos la capacidad de expulsar del poder a un gobierno sin utilizar la violencia. Cada cuatro años los políticos vienen a suplicarnos el voto, por ello debemos de que si alguien no hace bien su trabajo hay que echarlo. La política no es mármol es impura., por eso se dice que en la política no pueden estar ni los sabios ni los dioses.

    La renovación de ideas y personas es imposible en los partidos políticos si su funcionamiento interno no es democrático. En España, los estatutos de los partidos recogen formalmente la democracia interna pero, en la práctica, sus formulas de validación de nuevas candidaturas y de participación impiden que los militantes voten libremente los miembros de su comité de dirección, que sólo buscan la perpetuación de los cargos. La ausencia de elección democrática por parte de los afiliados de un partido en cada circunscripción local, regional y nacional de los aspirantes a los diversos puestos provoca que accedan a las candidaturas personalidades menores, que solo siguen el guión  marcado por el comité que los ha colocado y son incapaces de defender un discurso propio Es por eso que se perpetúa el pensamiento único y se dificulta la renovación ideológica dentro de las organizaciones.

   En el artículo 6 de la Constitución, pese a que se explicita que “su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos” , el cainismo nacional y la falta de apego “real” a la filosofía de la libertad presentes en la mayoría de los dirigentes políticos, boicotean cualquier candidatura opcional, interponiendo trabas estatutarias, como la consecución de un alto número de compromisarios como avales, a modo de barrera que impida la mínima disensión dentro del partido. Actualmente, los partidos actúan de forma endogámica u huyen de la reforma interna, evitando preguntar “directamente” cuál es la voluntad de los militantes acerca de ideas y proyectos que generen alternativas al régimen político. Si queremos un mejor comportamiento de los partidos, es preciso la obligatoriedad constitucional de democracia interna “efectiva” y aplicar el voto “libre, igual y secreto” a todas sus elecciones de cargos directivos y de candidatos. Lo mismo abría que aplicar en el caso de los sindicatos, en las patronales, en las universidades y en las principales instituciones de la nación que reciban fondos públicos.

   Habría que llevar a cabo una nueva redacción del artículo 6. A modo de esbozo: 1. Los partidos políticos expresan el pluralismo político y son instrumento fundamental para la participación política. 2. La estructura interna y su funcionamiento debería ser democráticos. 3. Los actos, fines y programas deberán reconocer y respetar los derechos fundamentales y las libertades públicas establecidas en la Constitución. 4. La financiación de los partidos políticos deberá ser transparentes y reflejarlas en sus cuentas contables. 5 Los partidos, asociaciones y agrupaciones de carácter político que incumplan algunos de los preceptos establecidos serán ilegales y no podrán constituirse. Los que lo hicieren, una vez constituidos, deberán ser disueltos judicialmente por el procedimiento dispuesto en una ley orgánica.

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    La crisis del compromiso político se nota de forma alarmante. Los partidos pierden afiliados y tienen que abrirse a los “simpatizantes”. Hay movilización de protesta, pero poca organización política. ¿El problema es el descrédito de la clase política o la desconfianza de la sociedad?

 

 

                                                    Agustín Villanueva

                                                    Director del Programa “Coloquios en Libertad”

                                                           esRadio Elche 103.7 Fm

 

   Ante las nuevas noticias, podíamos debatir también por el tema de lo sucedido en el Parlamento Catalán. Constitución, art. 1, 2,3, 4, 8 y 155.

5 comentarios

Esther Toranzo -

Gracias Agustín es estupendo, sigue trabajando que haces mucho bien; te he escuchado algún programa; estoy metida en informar, formar, educar y defender a los usuarios de este mundo multipantalla nuestro, el ATR que conoces. En algún punto podríamos coincidir y llegar a tu programa, no me olvido,solo necesitamos poderlo hacer. Mientras tanto, si puedes, métete en nuestra web y en las redes sociales donde estamos y lo que veas que se puede mejorar, dínoslo. www.atrcv.org, está solo incoada. Un abrazo compartido con Beatriz, Esther Toranzo


Pablo Cabellos -

Muchas gracias, Agustín. Hay que seguir en la brecha.
Te adjunto enlace a algo que publico hoy en Levante.
Un abrazo, Pablo

Pedro Nuño de la Rosa -

Perfecto, un abrazo, y en cualquier caso nos llamamos antes.
Tu amigo
Pedro Nuño

Guillermo Dupuy -

Augustin, aunque excesivamente largo para un editorial, me parece una gran reflexión de cara a la regeneración de la democracia.

Un fuerte abrazo y enhorabuena por tu programa.

Guillermo

Victoria Rodriguez -

Completamente de acuerdo, un saludo,
Victoria