LOS PROFESIONALES, LA ÉTICA Y LA FE
LOS PROFESIONALES, LA ÉTICA Y LA FE
Un joven se acerco a Jesús y le dijo, Maestro bueno, ¿qué ha de hacer para conseguir la vida eterna? Cumplir los mandamientos, tener fe, estos son los caminos. Y el joven se marcho. No entendió nada, dado que todo es posible para el que cree (omnia possibilia sunt credenti).
Ante un panorama de hombres (no entiendo en estos casos la violencia de género) sin fe, sin esperanza, ante cerebros que se agitan de la angustia, buscando una razón de ser a la vida, espero que Vds., encuentren una meta. La fe nos hace a nuestra existencia una alegría nueva, les transformará, y les dará una inmensidad diaria de cosas hermosas que nos eran desconocidas y que muestra la gozosa amplitud de ese camino ancho que nos conduce a Dios, El cristianismo es un árbol que vive una perenne aurora, siempre es joven.
Hablemos de Ética. Un armador se disponía a echar a la mar una barca de emigrantes. Sabía que el barco era viejo y que no había sido construido con gran esmero; que había visto muchos mares y climas y se había sometido a menudo a reparaciones. El armador se le planteo dudas si estaba en condiciones de navegar. Las dudas le reconcomían y le hacía sentirse infeliz, se decía que sería necesario repararlo, aunque le supusiera un gran gasto. Sin embargo, antes de que zarpara consiguió superar esas reflexiones melancólicas. Se dijo a sí mismo que el barco había soportado tantos viajes y resistido tantas tormentas que era ocioso suponer que no volvería a salvo a casa después de este viaje. Pondría su confianza en la Providencia, que difícilmente podría ignorar la protección de todas infelices que abandonaban su patria para buscar tiempos mejores en otra parte Alejaría de su mente toda sospecha poco generosa sobre la honestidad de los constructores y contratistas. De este modo adquirió una convicción sincera y reconfortante de que su nave era totalmente segura y estaba en condiciones de navegar: deseó éxitos para los exiliados en su nuevo hogar en el extranjero, y recibió el dinero del seguro cuando la nave se hundió en medio del océano y no se supo más. ¿Qué podemos decir de él? Desde luego, que era verdaderamente culpable de la muerte de esos hombres.
La Ética profesional se puede definir como “la actividad personal puesta de una manera estable y honrada al servicio de los demás y en beneficio propio, a impulsos de la propia vocación y con la dignidad que corresponde a la persona humana. Quién elige de acuerdo a su propia vocación tiene garantizada ya la mitad de su éxito en su trabajo. La finalidad del trabajo profesional es el bien común. La capacitación que se requiere para ejercer ese trabajo está siempre orientada a un mejor rendimiento dentro de las actividades especializadas para el beneficio de la sociedad. Sin este horizonte y finalidad, una profesión se convierte en un medio de lucro o de honor, o simplemente, en el instrumento de la degradación moral del propio sujeto. Lo ideal es tomar en cuenta el agrado y utilidad de la profesión.
No se puede tener en cuenta el provecho personal, gracias a la profesión. Un profesional debe ofrecer una preparación especial en dos sentidos: capacidad intelectual y capacidad moral. La capacidad intelectual consiste en el conjunto de conocimientos que dentro de su profesión, lo hacen apto para desarrollar sus labores. La capacidad moral es el valor del profesional como persona, lo cual da una dignidad, seriedad y nobleza de su trabajo, digna del aprecio de todo el que se encuentra. Debe buscar el profesional la construcción de una sociedad más justa, más social y equilibrada. Los profesionales deben caracterizarse por sus principios éticos y morales, por su honestidad a toda prueba, por su incorruptibilidad, por su disciplina, su espíritu colectivo y por su austeridad, modestia y estilo de vida sencillo.
La ética profesional sería la expresión de las diversas y plurales éticas de máximos existentes en todos y cada uno de los profesionales de especialidad mientras que la deontología expresaría la ética de mínimos que todas las anteriores comparten y están obligadas a cumplir. La experiencia ética en el campo de la profesión se relaciona, fundamentalmente, con tres ideas: la idea del deber, la idea del bien y la idea del sentido.
¿Quién puede negar que hoy, personas individuales y poderes públicos violan impunemente los derechos de la persona humana, como el derecho de nacer, a vivir una procreación responsable, al trabajo, a la paz, la libertad y justicia social, a participar en las decisiones que afectan a los pueblos? ¿Y qué cabría decir cuando vemos las varias formas de violencia colectiva, como la discriminación racial, el uso de la tortura física y psicológica perpetrada contra prisioneros o políticos que disienten? ¿Sobre qué y con qué bases se fundamentan estos derechos humanos? Indudablemente sobre la dignidad de la persona humana. Encíclicas de los papas y el preámbulo de la Declaración de los Derechos humanos así lo reconocen. El dinamismo de los derechos del hombre encuentran en la Iglesia un factor moral del primer orden. Quienes viven de fe tienen muchas posibilidades en su tarea de educadores.
En la II Jornada de Ética Profesional, hay un documento que habla sobre “la responsabilidad ética de las profesionales”. Las profesiones han de entenderse desde el punto de vista ético, como instituciones que están al servicio de la sociedad de la que forma parte y en última instancia están al servicio de la humanidad Es necesario, por tanto, elevar la conciencia ética de la presente generación de profesionales, en un doble sentido: Por un lado, en el sentido habitual de que toda persona que accede al ejercicio de una profesión ha de hacerse cargo de los bienes internos, es decir de los fines que dan sentido a cada profesión, tratando de desempeñar su labor con el etnos de la excelencia, pero también por el otro lado en el sentido novedoso de que los profesionales de hoy en día deberían asumir el reto de mejorar la relación de la profesión con los colectivos relacionados con ella eliminando las relaciones de dominación. O sea, tenemos el doble reto de ser excelentes profesionales para ser buenos ciudadanos y de ser excelentes ciudadanos ser buenos profesionales. Los profesionales al principio. En sus orígenes históricos, eran unas actividades de muy alto rango. Son las de médico, que se ocupa del cuerpo; la de sacerdote, que se ocupa del cuidado del alma, y la de jurista o gobernante, que se ocupa del cuidado de la comunidad.
El día 11 de octubre se ha iniciado el AÑO DE LA FE. Qué podemos hacer y que debemos preguntarnos: El año de la Fe es una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor. Cuándo se inicia el 11 de octubre de 2012 y terminara el 24 de noviembre de 2013. Por qué esas fechas, el 11 de octubre coinciden dos aniversarios: el 50 aniversario del Concilio de la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica. Por qué se ha convocado este año, estamos padeciendo una crisis de fe que nos afecta a muchas personas; por ello, cada cristiano vea en la fe para que ponga la luz de siempre con mayor claridad la alegría. Qué medios ha señalado el Papa: intensificar la celebración de la fe en la Eucarística, dar testimonio de la propia fe, y redescubrir los contenidos de la propia, y el catecismo. Donde debe tener lugar: en nuestras catedrales e iglesias, en nuestras casas con nuestras familias, parroquias Qué documentos puedo leer, el Motu proprio del Papa Porta Fidei, las indicaciones pastorales para el año de la Fe. El Catecismo de la Iglesia Católica y los resúmenes sobre la fe cristiana.
La puerta de la fe, nos introduzca en la vida de la comunión con Dios y permite la entrada en su Iglesia, que está siempre abierta para nosotros. Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la vida. Este camino empieza en el bautismo y se concluye con el paso de la muerte a la vida eterna. La renovación de la Iglesia es tarea nuestra y pasa también a través del testimonio ofrecido por la vida de los creyentes. Debemos tener un compromiso a favor de una nueva evangelización para redescubrir la alegría de crecer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe. La fe nos hace fecundos, porque ensancha el corazón en la esperanza y permite dar un testimonio fecundo. Los creyentes nos fortalecemos creyendo.
D. Tomás y Paquita, según sus hijos, nos trasmitían una fe que se traducía en alegría nada más cruzar el felpudo de la puerta de nuestra casa. Enseñaban a sus hijos la fe, pero sin agobiarlos, nos la trasmitían con el ejemplo. Eran unos pedagogos de la fe, y la explicaban en sus vidas y nos la contagiaban.
El prelado del Opus Dei, nos dice que el Año de la Fe se presenta como una nueva llamada a cada uno de los hijos de la Iglesia para que tomemos conciencia vida de la fe, nos esforcemos por conocerla mejor y ponerla fielmente en práctica y, al mismo tiempo, nos empeñemos en difundirla comunicando su contenido – con el testimonio del ejemplo y de la palabra- a las innumerables personas que no conocen a Jesucristo o que no le tratan. El año de la fe nos ofrece una ocasión magnifica para profundizar en el tesoro divino que hemos recibido y, con la gracia de
Dios, difundir esta virtud en ondas concéntricas que lleguen muy lejos se nos presenta una oportunidad inmejorable para dar un fuerte impulso a la nueva evangelización que necesita el mundo, comenzando por nuestra mejora diaria, con hechos, en el trato con las tres Personas de la Trinidad. Si deseamos mover a las almas para que se acerquen a Dios, hemos de hablarles, ante todo, con nuestra vida de cristianos. Tenemos que decir lo que pedían los Apóstoles: adáuge nobis fidem!, auméntanos la fe. Y debemos añadir, auméntanos la fe, la esperanza y la caridad. Debemos comunicar sobre la verdad para “comunicar” la Verdad. En el año de la fe nos supone otro acicate para todos; ha llegado el momento de apresurar la marcha, como proceden los corredores cuando se aproximan a la meta de una carrera. Vivir la fe es también transmitirla a los demás, y para lograrlo, hay que caminar con ellos.
La nueva evangelización debería tratar de orientar la libertad de las personas, hombre y mujeres, hacia Dios, fuente de la verdad, de la bondad y de la belleza. La nueva evangelización recuerda a la Iglesia su finalidad originaria, o sea el anuncio de la fe a todos. El objetivo de la nueva evangelización es la transmisión de la. Pero como dicen los Hechos de los Apóstoles, no se puede transmitir lo que no se cree y no se vive. El mejor lugar para la transmisión de la fe es una comunidad nutrida y transformada por la vida litúrgica y por la oración. Existe una relación intrínseca entre fe y liturgia: “lex orandi, lex credenti”. Con el sostén de la fe, miramos con esperanza nuestro compromiso en el mundo, mientras esperamos nuevos cielos y nueva tierra, en los que habite la justicia. La Nueva Evangelización significa dar razón de nuestra fe, comunicando el Logos de la esperanza al mundo que aspira a la salvación.
AGUSTIN VILLANUEVA
Profesor Honorífico con la Mención Especial de
La Universidad Miguel Hernández
2012 /10/ 20
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NOTAS a tener en cuenta en la conferencia:
Se suele decir que estamos dejados de la mano de Dios, pero somos nosotros los que nos hemos soltado de su mano.
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Ramon Sancho -
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