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Agustín Villanueva

Presupuestos góticos o churriguerescos

    El profesor Frank Parish  de la London School of Economics, narra la siguiente parábola: imagínese que usted esta conduciendo un coche por una carretera recta pero ondulada. Las ondulaciones no son regulares: algunos de los montículos tienen una pendiente pronunciada, oteros tienen una pendiente suave; algunos son largos, otros son cortos. A usted le dan la instrucción que debe mantener el coche a una velocidad constante. Para conseguirlo, usted tendrá que acelerar subiendo los montículos y frenar al bajarlos. Sin embargo, hay un serio problema. El coche no es un coche normal. Tiene las siguientes características no habituales:

    El parabrisas delantero y las ventanillas laterales son negras, de modo que usted no puede ver hacia donde se dirige. Lo único que usted puede ver es el lugar por el que ya ha pasado cuando mira por el espejo retrovisor. Tanto el pedal de freno como el de acelerador funcionan con un retardo considerable e impredecible. La suspensión del coche es tan buena que usted no puede notar si está subiendo o bajando un montículo, sólo puede juzgar esto mirando por el retrovisor y viendo sí la carretera que está detrás de usted está más alta o más baja del lugar en el que usted se encuentra. Finalmente el coche tiene un sensor especial y un volante automático que lo mantiene en el carril adecuado.

    A medida que avanza, usted ve que la carretera por detrás suyo está más arriba y se da cuenta que se encuentra bajando. El coche va cada vez más de prisa. Usted frena, pero no sucede nada. En su intento de ralentizar la marcha, usted pisa el pedal del freno hasta el fondo. Cuando al final el freno acaba funcionando, lo hace de una manera muy brusca. Para ese momento el coche ya ha llegado a la zona más baja entre dos montículos. Sin embargo, usted todavía no se da cuenta de ello y continúa frenando. Ahora el coche está subiendo un nuevo montículo, pero el pedal del freno continua pisado. Al mirar el retrovisor, usted termina por darse cuenta de esto. Quita el pie del freno y comienza a acelerar. Pero los pedales no responden. El coche sigue reduciendo su velocidad y apenas puede usted alcanzar la cumbre del montículo. Entonces, a medida que usted comienza a bajar por el otro lado, los frenos acaban dejando de frenar y el acelerador empieza a acelerar.

    ¿Qué debería hacerse? Una alternativa obvia sería intentar reducir los retardos temporales y mejorar las técnicas de predicción. Pero como el presidente del Reino de España no quiere saber nada de datos económicos, pero si de datos demagógicos e ideológicos, lo única estrategia será la no de levantar el pie del acelerador ni pisarlo más fuerte; esta estrategia no evitará que el coche vaya más rápido cuesta abajo ni más lento cuesta arriba, pero al menor contribuirá a que la velocidad sea incluso más irregular.

    Si ya advertimos que los anteriores PGE , con crisis y recesión, eran increíbles, inadecuados e inoportunos y desfasados, los nuevos  lo son de la resignación, de más déficit, de más deuda, de mas recesión, de más paro, de menos consumo, de mayor caída de la actividad económica, y que no servirán para salir de la crisis. Una vez más podemos decir no sólo que este gobierno hace todo lo contrario de lo que dice sino que para los ciudadanos de este país, salvo no que están en el reparto del poder, el poder fiscal es la manifestación más conocida del poder de coacción del Estado. Este poder conlleva la facultad de imponer, eso si a los más débiles, gravámenes a los que solamente puede hacerse frente mediante una transferencia al Estado de recursos económicos, o de los derechos financieros sobre tales recursos que llevan consigo poderes efectivos de ejecución bajo la genuina definición del poder tributario. El poder “tributario” es sencillamente el poder de “apropiación”.

    El presidente de España pretende crear el cielo en la tierra, pero la utopía sólo consigue crear un infierno; un infierno como sólo el hombre es capaz de construir para sus semejantes. Tiene usted que volver al mundo real, o sea, al mundo que significa afirmar la libertad, los derechos fundamentales, la dignidad del ser humano, la democracia, la igualdad de oportunidades, la economía de mercado, la propiedad privada, el afán de lucro de los ciudadanos,  etc.

    Presidente es usted consciente que sus PGE contemplan la mayor subida de impuestos de la democracia, cuando usted advirtió en el G-20 sobre el grave error que supondría una retirada prematura de estímulos fiscales. Para usted la clase media no existe, arremete contra los empresarios,  nos habla que el cambio climático es una de las causas de la recesión ( usted que desde 2007 nos dijo que éramos los mejores), nos habla del gasto social cuando solamente el 8% del dinero estatal llegará a los parados, en  los PGE la deuda pública será de 556.600 millones de euros, los pagos por intereses de la Deuda del Estado  en 2010 asciendan a 23.200 millones , las rentas de capital pagarán desde el 1 de enero el 19% por los primeros 6.000  obtenidos y el 21% a partir de esa cantidad, etc. El interés del Estado está en una elevada presión fiscal, el de la comunidad, en pagar tan pocos impuestos como permita la cobertura de los gastos que necesita un buen gobierno. That´s the way it is

 

                                                Agustin Villanueva

                                                Profesor Honorífico de Economía Aplicada de la UMH

                                                           2009 / 10 / 03

 

3 comentarios

SERGIO ENTRENA -

Mi querido Maestro: muy apropiado el ejemplo del coche lo cual hace más didáctico y comprensible tu artículo. Generalmente a la gente no le gusta leer artículos sobre temas económicos por considerarlos muy pesados o "ladrilludos", pero el tuyo es apto para todo tipo de lectores, por la sencillez y claridad con que lo escribiste, sin importar el nivel académico de quien lo lea. Un abrazo, Sergio

Francisco San Juan -

Estimado Agustín,

He finalizado la lectura de su artículo, no se si acepta valoraciones pero yo le haré algunas , es muy bueno, me parece de nota cum laude. La verdad estas tardes madrileñas son de grandes profesores y grandes clases, y su artículo se encuadra en ese horario donde tengo la oportunidad de abrirme a nuevos conocimientos y seguir forjando mi conocimiento y capacidades, con la diferencia de ser ustede maestro.


Es un artículo magnífico, la verdad, creo que información esta bien pero creo que cabe en cualquie cabecera nacional, pero como dice no siempre los mejores ocupan los sitios más elevados, muchas veces esos sitios elevados se reservan para gente menos capaz, en españa de políticos casi todos y en el fútbol el grosero de Maradona.

En estos momentos, no deje la pluma sobre la mesa, dejela caer sobre el papel y siga plasmando este tipo de reflexiones y valoraciones, este país precisa de luces y en esta época del año ya empiezan a ser escasas y no le digo las luces de nuestros dirigentes, ni se encienden, la crisis no les da ni para pensar. Los que son de otra materia sigan , para que los demás tengamos referentes.


Un abrazo,

Antonio Penalva -

Si Zapatero tuviese un coche con parabrisas, señor Agustín, creo que se asustaría de las colinas que hay delante detrás a su derecha y por supuesto, a su izquierda. Estupendo y saludos.