IN MEMORIAM JOSE MANUEL RIVAS
IN MEMORIAM JOSÉ MANUEL RIVAS
Querido José Manuel, cuñado y hermano, como bien sabes tu muerte me sorprendió en Madrid dando conferencias y pasando revisión médica, y por ello no me enteré de tu muerte hasta que llegue a Alicante y Beatriz, tu cuñada, me lo comunico de la mejor de las maneras. Por cierto, el primer correo dándome el pésame fue desde Pequena Historia de Marín, gracias Ángel Carragal. Sufrí, no tanto por ti dado que estas en el Purgatorio y esperando vez para ir al Cielo con tus padres y los míos (menuda tertulia vais a hacer allí, y cuanto vais a pedir por todos nosotros, sobre todo por tu querida Finita) sino que utilizando un planteamiento humano, por tu familia y por tus amigos. La verdad, lo “gordo”, era tu muerte, lo demás era saber un poco más de tus últimos momentos con mi hermana Fina y con tus queridos hijos, perdonadme, sobre todo con Mari Carmen tu “fiel” hija. El día anterior fuiste al Súper y volviste a casa “cargado” de pequeñas cosas para casa. Ya sabias que estabas mal, pero una vez más hacia honor a una de tus buenas costumbres: ser muy servicial y espíritu de sacrificio pero sin pregonarlo. Los demás si lo sabíamos, para ti el prójimo siempre fue el más próximo. ¡Qué maravilla tu funeral, casi estábamos todos los próximos, pero sobre todo estaba allí Jesús, La Virgen Santa María y San José, ya te tenían a su lado, pero querían que los demás sintieran a través de ti, lo bueno que es seguirles, amarles, y que podamos decir: ¡SIN TI, NADA! Y que pensemos todos, gracias a ti, que para llegar a la luz hay que pasar por la Cruz. Sabias perdonar, y me decías, quién no tiene fe se encuentra sin fuerzas para perdonar y amar.
José Manuel siempre has sido una gran persona, fiel a tus orígenes, a tu mujer, a tus hijos, a tus amigos, y a las ideas que siempre te salían del alma. No temblaste a enfrentarte a ningún Goliat, pero siempre con el derecho en la mano; amigo de sus amigos, que en principio, podían serlo todos. Tu José manuel, veías en los demás almas, no cuerpos.
Gracias José Manuel, hermano, amigo y cuñado, por volcarte con Fina, tus hijos, los demás y solías decir: LA MUERTE ES EL ENVUENTRO CON LA VERDAD. Me acordaré siempre de ti, y tú acuérdate de nosotros, de tu familia, seguro que todos los días, de los demás, de vez en cuando. Decía Benedicto XVI que la muerte prematura de una persona es tender lo antes posible hacia la plenitud de la vida. El mundo considera afortunado a quien vive muchos años, pero Dios, más que a la edad mira la rectitud del corazón. Frente a la muerte pierde interés todo motivo de orgullo humano y resalta en cambio lo que vale en serio. La Iglesia llama dies Natalis al día de la muerte de un cristiano verdadero como lo eras tú, mi buen cuñado. Gracias a nuestra fe, mi buen Marínense y gran Pontevedrés, en que resucitaremos, para nosotros la muerte es el paso a la Vida, abrir la ventana de una eternidad dichosa, cambiar de vestido pero no de ser, trocar la debilidad y el dolor en gozo rebosante. Una vez más me enseñaste, nos enseñantes, que uno muere como ha vivido, Hay que morir a uno mismo, para renacer a una vida nueva.
Querido José Manuel Rivas Asenjo, cuñado y hermano, quiero terminar con lo que nos decía el poeta Miguel Hernández nacido en mi querida Orihuela, ¡cuantos maravillosos años pase allí de profesor, o como me decían los alumnos, su MAESTRO:
Aquí estoy para vivir
Mientras el alma me suene,
Y aquí estoy para morir,
Cuando la hora me llegue,
En los veneros del pueblo
Desde ahora y desde siempre.
Varios tragos es la vida
Y un solo trago es la muerte.
José Manuel Rivas, te has consolado con la idea de que la vida es gastarse, un quemarla en el servicio de Dios, todo es posible para el que cree. ¡Qué contento se debe morir, cuando se ha vivido heroicamente todos los minutos de la vida! Mi querido cuñado, IN AETERNUM.
Agustin Villanueva
Profesor de Economía Aplicada de la UMH
2013 / 06 / 08
6 comentarios
Ramon Sancho -
________________________________________
Enriqueta Seller -
He de decirte que comprendo tu decisión aunque no deja de ser una lástima tu marcha. Sin embargo como tan solo estamos a pocos kilómetros , quedamos emplazados para vernos con un café. Para mi es como si no te hubieras ido .
Un abrazo y hasta pronto . Enri
Beatriz San Gil -
jOSE ANTONIO BELSO -
Pablo Cabellos -
Un fuerte abrazo, Pablo
Guillermo Dupuy -
Guillermo